martes, 16 de marzo de 2021

UN NUEVO NICHO DE AUTOEMPLEO PARA HINOJOSA: EL ARTE SACRO (I)



© María Dolores Rubio de Medina, 2021.


Hinojosa del Duque es una ciudad afectada, profundamente, por el fenómeno de la despoblación y la pérdida de puestos de trabajo que conlleva que los titulados salidos de las Universidades y de otros centros de enseñanza se vean obligados a dejar nuestra ciudad para labrarse su futuro profesional a lo largo y ancho del mundo. En los setenta del siglo pasado, la Escuela de Formación Profesional posibilitó que en nuestra localidad se formaran profesionales de la rama del metal, especialmente en forja, disciplina artística en la que Hinojosa ha tenido peculiaridades propias desde antiguo, hasta el punto de que a principios del siglo XX, su industria (clavos y cruces rizadas) fue muy admirada y considerada una rareza por George Bonsor, que se desplazó a nuestra localidad para adquirir estos objetos.


Hoy en día, disponemos de un grupo de jóvenes profesionales, formados en diversas ciudades y con inquietudes, que han empezado a destacar en disciplinas diversas: restauración de imágenes, restauración de altares y capillas, bordados, talla de pasos, forja decorativa, cartelería y documentales, etc. El denominador común de todos estos profesionales es que han abierto un nuevo mercado desde tierras colodras: el del ARTE SACRO.


La producción artística ligada al culto de lo sagrado o de lo divino ha permitido que muchos de estos artesanos y profesionales no tengan que salir de su pueblo para ganarse la vida. Son los clientes de fuera los que van hasta Hinojosa del Duque demandando estos profesionales; a veces desde lugares muy reputados en el Arte Sacro, como Sevilla y su provincia. Cierto que ese fenómeno no está acompañado de la creación de empresa que puedan contratar a muchos trabajadores, sino que se articula en torno al autoempleo. Sin embargo, la existencia de este nuevo yacimiento de autoempleo ha contribuido a evitar de forma minoritaria aún, la despoblación, generando cierta economía familiar para que estos profesionales no tengan que salir fuera del pueblo para tener un futuro laboral.


En este blog que está sirviendo, sobre todo, para que gente que tuvo que emigrar se pueda informar de algunos aspectos de nuestro pasado y de nuestro presente, pretendo ir presentando, de vez en cuando, a alguno de los profesionales que están desarrollando su labor dentro del ARTE SACRO. 


Comienzo con el tallista RUBÉN LUNA PEREA (Hinojosa del Duque, 1986). Formado la Escuela de Arte Mateo Inurria (Córdoba) en la especialidad Técnicas Escultóricas de la Madera. Desde hace dos o tres  años la prensa provincial y nacional está siguiendo su trabajo por los diversos encargos que está recibiendo en su taller. Por ejemplo, por los pasos procesionales de la Borriquita de la localidad de la Campana (Sevilla) y de la Virgen del Carmen de la Hermandad Sacramental del Santísimo Cristo de la Bondad Nuestra Señora del Carmen y San Leandro (Sevilla). Ambos conjuntos están en proceso de elaboración y su ejecución se realizará en diversas etapas y se basan en diseños realizados por Mario Ramos Rodríguez.


No obstante, hay un trabajo que pretendo destacar por el ser único que, hasta la fecha, he tenido la fortuna de ver personalmente, y por ello dispongo de imágenes propias para las que no tengo que pedir permiso para publicarlas. 


"Cristo de la Humildad" (2021) de R. Martín Hernández.
La Cruz es obra del hinojoseño Rubén Luna.


La obra que ha llamado mi atención es una cruz de madera sobre la que está clavado el «Cristo de la Humildad» (2021) del escultor Rafael Martín Hernández. La imagen pertenece a la iglesia de San Francisco de Peñarrodada (Berja) y forma parte de la exposición organizada por la Asociación Gremial de Arte Sacro Sevilla Fecit-21, que puede contemplarse en el Ayuntamiento de Sevilla (8 de marzo al 4 de abril), que comprende un conjunto de bordados, orfebrería, escultura, pintura, etc. 


Desgraciadamente la cartela de la obra no cita el nombre de Rubén Luna, en ella solo consta el de Rafael Martín Hernández, así como los siguientes datos: «Madera de cedro y policromía al óleo. 193 cm»; tampoco se ofrecen datos en la ficha que se descarga con el móvil, que se limita a resaltar algunos atributos que ha elegido el escultor para su Cristo: mirada dialogante, equilibro de la imagen y sudario atado con tres nudos del cíngulo de San Francisco, en representación de la hermandad que le rendirá culto.


Puesta en contacto Rubén, amablemente me ha informado que la cruz está elaborada con madera de pino Flandes, con una sección circular de 14 cm, un patibulum de 202 cm y un estípite de 400 cm.  Como se observa son unas dimensiones espectaculares, habida en cuenta que el Cristo que soporta en equilibro mide 193 cm.


La Cruz de espaldas.


Los maderos que forman la cruz son circulares. Tiene un acabado engañosamente tosco, al imitar una corteza llena de nudos y grietas; pero, en ella se abren, como si fueran oasis, en lo oscuro, una especie de ojales alargados que muestran la pulida madera interior de tonos más claros. Frente al aparente descuido se descubre una obra muy detallada y cuidada en su diseño, que busca que el ojo que la contempla encuentre contrastes entre la piel clara, lisa y sangrante del Crucificado y la oscuridad de la corteza, aclarada en algunos puntos. 


Detalle de las aberturas de la corteza que demuestran
el estudiado diseño elaborado por Rubén.
Obsérvese el contraste entre la piel y los distintos
tonos y técnicas con que está tratada la madera.


Por encima de los brazos de la cruz, la habitual cartela, que en lugar del acrónimo INRI, en caracteres invertidos, puede leerse la frase latina: «Iesus Nazarenus Rex ludaeorum».

Cartela de la Cruz.


Confieso que, hasta la fecha, no había reparado en que la cruz es un elemento independiente que tiene sus propias características y particularidades, dentro del grupo escultórico de los crucificados; por eso  y para establecer otra comparación, también muestro la otra cruz que se encuentra expuesta en la misma exposición. Esta Cruz, en la primera sala de  la exposición, está alisada toscamente por delante y detrás; conserva los laterales redondeados, y corresponde al «Cristo Crucificado» (2020) de Juan Manuel Miñarro, que pertenece a la Hdad. de la Macarena de la parroquia Corpus Christi de Miami, EE.UU.



Crucificado de Juan Manuel Miñarro,
compárese la Cruz con la de Rubén Luna.

          

Finalizo dando la enhorabuena a Rubén Luna por haber logrado reconocimiento dentro ARTE SACRO; esperemos que pronto podamos contemplar los pasos en los que trabaja en la actualidad.


Sevilla,  16 de Marzo de 2021.

2 comentarios:

  1. Magnífica obra de arte, gracias a Rubén por llevar el nombre de Hinojosa allá por donde va, de una manera tan bella, y a María Dolores por acercárnoslo.

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  2. Gracias, Santos, como saber hablar de Hinojosa, sus cosas y su gente es una pasión, y si, además, los demás disfrutan leyendo estas entradas, es el no va más. Nada lo supera.

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