domingo, 28 de enero de 2018

A PROPÓSITO DEL LIBRO «MÍSTICA Y ARTE EN SANTA CLARA»



© María Dolores Rubio de Medina, 2018

Al final del verano del 2016, las redes sociales empezaron a poblarse de noticias relacionadas con la futura celebración de una exposición titulada «Encarnación Artística de la Misericordia en el Condado de Belalcázar», que finalmente se celebró del 20 de noviembre al 18 del diciembre de 2016, en el coro alto del Monasterio de Santa Clara de la Columna de Belalcázar. La exposición se organizó con un itinerario expositivo centrado en el Año de la Misericordia, agrupándose las obras expuestas en tres ejes temáticos: obras corporales, obras espirituales y obras de la Misericordia de Dios. 
Por las noticias que leí en los periódicos e Internet parecía que, por fin, había llegado la modernidad a Los Pedroches en materia expositiva. Las instituciones políticas, religiosas y culturales ponían su esfuerzo en común para lograr lograr un hito histórico: agrupar algunas de las más significativas piezas del arte religioso del varios pueblos de Los Pedroches bajo la temática expositiva del Año de la Misericordia, creando con ello un relato expositivo sólido y fundamentado, a pesar de que el catálogo de las obras era, francamente, muy reducido. De esa modernidad existían antecedentes, pues en diciembre de 2012 se celebró una exposición que anticipaba la historia de este tipo de eventos en Los Pedroches: Hinojosa Románica, Virgen de la Guía, VII siglos de devoción, dato que se encuentra en el libro que comentamos. Por cuestiones laborales, y porque el puente de diciembre de 2016 lo pasé en Salamanca, visitando librerías de viejo, me fue imposible ver la exposición, de ahí mi alegría cuando descubrí que aquel hito expositivo se había convertido en un libro de papel.

Portada del libro.
Mística y arte en Santa Clara escrito por Sara Aranda Moreno (gerente de Tureventos Los Pedroches) y Eugenia Lara Cabrera (hermana de la Comunidad de Hermanas Pobres del Convento de Santa Clara de Belalcázar) fue publicado a finales de 2017, gracias al patrocinio de la «Asociación Social y Cultural del Convento de Santa Clara». El libro describe minuciosamente las interioridades –o la letra pequeña que nadie lee de los contratos– de la exposición, desde que fue un mero proyecto hasta que se hizo realidad, traspasando las fronteras comarcales. En palabras de Sara Aranda, su «novedad radicaba en el hecho de aproximarnos a las obras a través de un recorrido por la historia del arte contemplada bajo el prisma de las obras de la Misericordia» (pág. 41).
Se trata de un libro en el que las autoras, con un lenguaje claro y accesible –no hay que olvidar las dificultades compresivas que se hayan en gran parte de los libros que tocan temas religiosos–, vinculan las reflexiones relacionadas con las obras de la Misericordia con la obra, escultura u objeto que ofrece su soporte visual o artístico. El texto se acompaña de una abundante bibliografía que permite profundizar en la historia y el arte de Los Pedroches para quienes tuvieran interés en el tema. Sería erróneo pensar que el libro se centra en obras que se conservan en un convento, tanto la exposición como el libro fueron –y van– más allá; nos hablan de la historia (política, religiosa y artística) de los pueblos y pedanías –hoy pueblos independientes– que configuraron el Condado de Belalcázar: Belalcázar, Hinojosa del Duque, Fuente la Lancha y Villanueva del Duque, que surge partir del siglo XV con su vinculación con la dinastía de los Sotomayor.

Portadilla interior del libro.

Las autoras, a lo largo de las 273 páginas del libro, tras los antecedentes históricos relativos a la historia del condado, del convento de Santa Clara y del desarrollo de la exposición (págs. 9 a 54), se concentran en el análisis de las obras que fueron expuestas. Siguen un esquema expositivo común. Las agrupan en tres apartados, y cada pieza –o conjunto de piezas, como los objetos pertenecientes a la madre Teresa de Jesús– viene precedida de una reflexión que sirve para analizar el vínculo de la pieza con las obras de la Misericordia desde el punto de vista de la religión cristiana y, posteriormente, entran en el análisis de la pieza, describiendo sus antecedentes, la ficha técnica de la misma cuando consta, sus autores –si se conocen–, su comparación con otras obras de la época y su descripción desde el punto de vista artístico; pues el objetivo de las autoras es ofrecer «una visión panorámica y completa de cada obra en su contexto» (pág. 15).
Como se ha anticipado, el libro Mística y arte en Santa Clara articula las obras en tres apartados diferentes, siendo los siguientes:
VI. OBRAS DE LA MISERICORDIA CORPORALES (págs. 55 a 121), capítulo escrito por Sara Aranda. Los textos se encuentran vinculados a la imagen del Beato Tito Brandsma (Hinojosa); al cuadro de Tobias y el ángel (Belalcázar), junto con el estandarte de la Virgen de Guía (Fuente la Lancha); a un copón y dos cálices (Belalcázar); a objetos personales de la Madre Teresa de Jesús (Hinojosa); y , finalmente, a la imagen de san Francisco de Asís (Hinojosa).
VII. OBRAS DE LA MISERICORDIA ESPIRITUALES (págs. 123 a 189), escrito por Sara Aranda. Contiene el análisis de las imagen de dos Crucificados (Hinojosa y Belalcázar); de la Virgen del Carmen (Hinojosa); y de las esculturas románicas de la Virgen de Guía, San Juan Bautista, Santa Lucía y San Blas (Villanueva del Duque), que puede que sean las «imágenes románicas más antiguas de toda Andalucía» (pág. 147). Precisamente estas cuatro imágenes tendrían que haber sido tratadas más unitariamente, pues al ser analizada por separado la historia de su localización se reitera en exceso.
VIII. OBRAS DE LA MISERICORDIA DE DIOS (págs. 189 a 231), escrito por Eugenia Lara. Este apartado está centrado en el análisis de cuatro objetos artísticos: la exquisita imagen de la Virgen de la Esperanza o de la Tinaja (Belalcázar); de la Inmaculada Concepción (Hinojosa del Duque); del Niño Jesús en Majestad (Belalcázar); y del icono de la Virgen del Perpetuo Socorro (Belalcázar).
A lo largo de la lectura descubrimos historias impagables, como la vinculación que existía entre el Beato Tito con Hinojosa; la del cuadro de Tobias y el Ángel que para las instituciones oficiales es anónimo, cuando en el mismo aparece la firma de su autor: Andrés de Sarabia; y la de San Francisco de Asís que llegó a Hinojosa procedente del convento de los Capuchinos de Sevilla, a través de una extraña donación en la que tuvo que existir alguna intervención milagrosa de «arriba», pues de otra forma no tendría explicación tanta generosidad.
Aunque podría profundizar en su contenido, opto por no dar demasiados detalles del contenido del libro, puesto que mi intención, al escribir estas líneas, ha sido la de recomendar encarecidamente su adquisición por dos razones; la primera, porque es un libro que hará historia en nuestra historia –valga la redundancia–. La voluntad de ciertas personas que contribuyeron a montar una exposición ha trascendido lo comarcal y ha acabado reflejándose en un libro, de necesario conocimiento para los que hemos nacido, vivimos o amamos Los Pedroches, siendo un logro al alcance de muy pocos pueblos. La segunda razón es porque con su adquisición se realiza una buena obra, como las encuadradas dentro de las Obras de la Misericordia. Se contribuye al mantenimiento –de manera casi simbólica– del convento de Santa Clara de Belalcázar, al mismo tiempo que se produce la expansión de nuestro patrimonio artístico y se garantiza, como si fuera un círculo que se cierra, que nuestra inversión tenga futuro, pues mantener edificios del pasado que albergan objetos artísticos permite que podamos volver a verlos en el futuro, en otras exposiciones. No  hay más que recordar que contemplar imágenes tan exquisitas como la de la Virgen de Guía –s. XIII– o de la Virgen de la Tinaja –s. XV o XVI– no es algo muy habitual, aunque se viva en el mismo pueblo donde se custodian. 
Desde aquí doy mi más entusiasta enhorabuena a la labor realizada por las autoras, Sara Aranda Moreno y la hermana Eugenia Lara Cabrera, para que, dentro de sus medios, sigan mostrándonos e ilustrándonos sobre la belleza que albergan nuestras iglesias, conventos y hermandades; y sobre todo, para que, si en el futuro surge la oportunidad de que existan patrocinadores tan generosos como la «Asociación Social y Cultural Convento de Santa Clara de la Columna», lo hagan dando un paso adelante, ofreciendo el catálogo al mismo tiempo que se hace la exposición, como viene siendo habitual en los grandes museos; junto con algún detalle que permita la posesión simbólica de ciertos objetos fuera del alcance de la mayoría de los mortales. Podría permitirse la reproducción de «calidad» de alguna de una o dos imágenes en pequeño formato (fotografías, imánes, etc.) para su venta a precios competitivos durante las exposiciones No hay que olvidar, por otro lado, que se nota que el libro –finalizado el 26-11-2017 ha sido un proyecto bastante posterior a la exposición, sobre todo porque se echa de menos la existencia de fotografías  que no sean tomas generales, sino de partes concretas de las obras que permitan observar los pequeños detalles; por ejemplo, cuando el libro menciona en su pág. 208 que la Virgen de la Esperanza o de la Tinaja salió del convento como medida de protección tras la Guerra Civil y pudo recuperarse gracias a una etiqueta que conserva en la parte trasera del manto, he lamentado no disponer de una fotografía complementaria de ese detalle.
Finalmente, por si alguna persona estuviera interesada en adquirir el libro, este se encuentra a la venta en el propio convento, dónde podrán adquirirlo en la tienda; de estar cerrada, podrán hacer uso de algo poco habitual en estos tiempos: pueden pedirlo a través del torno por donde se despachan los dulces, ese objeto que gira trayendo y llevando cosas, y que ha sido el nexo que durante mucho tiempo ha unido la vida contemplativa y de clausura con la vida «normal o anormal» que transcurre al otro lado de los muros.


Sevilla, 28 de enero de 2018.