sábado, 6 de febrero de 2021

UNA ABERRACIÓN MENOS



© María Dolores Rubio de Medina, 2021.


En este tiempo tan difícil, en que la retirada de una Cruz en la Aguilar de la Frontera ha acaparado los titulares de la prensa, las televisiones y las redes sociales, me ha llegado por el móvil una fotografía esperanzadora, que recoge el momento en que una grúa retira del exterior de un edificio religioso, un elemento sin simbología religiosa.


En el exterior de la ermita de la Virgen del Castillo de Hinojosa del Duque, situada en un lateral de la Plaza de la Catedral, al lado de la portada barroca con arco de medio punto, columnas laterales acanaladas y rematada por los escudos de los Zuñiga y Sotomayor, una hornacina y una espadaña escasamente estilizada, habían incrustado, tiempos ha, un kiosco de chapa, que estuvo destinado a la venta de prensa y chucherías. Aprovechando una esquina del edificio religioso, el kiosco se había levantado con dos paredes y un techo, una economía de medios que provocaba espanto porque se cargaba la majestuosidad de la ermita.



Fachada de la ermita de la Virgen del Castillo
con el kiosco de chapa incrustado en una esquina.

Confieso que más de una vez busqué en las normas de patrimonio si se podía justificar la existencia de ese elemento metálico incrustado en el exterior de un edificio catalogado cómo  monumental; pero siempre dejaba para más adelante revisar la  jurisprudencia para localizar sentencias que fundamentaran la posible retirada de ese elemento urbano.



Obsérvese como el entorno monumental ha sido maltratado por
elementos metálicos: kiosco, bancos de hierro y soporte para pegar carteles.


Hoy me llega la noticia de que el kiosco, por la jubilación de su titular, ha sido retirado del lugar donde estaba incrustado. Al menos, durante más de un cuarto de siglo –a caballo entre dos siglos–, el kiosco ha roto la armonía de uno de los monumentos más significativos de nuestra Plaza Mayor; causando la perplejidad de todos los espíritus cultos y sensibles que contemplaban como la simplicidad de un edificio –de granito, ladrillo y cal– era rota por un elemento incrustado en una esquina.




Huella dejada por el kiosco ya retirado.


La ermita de la Virgen del Castillo, que hoy alberga provisionalmente una de las devociones más amadas por los hinojoseños, el Cristo de las Injurias mientras se procede a restaurar su propia ermita, ha sido objeto de una intervención, cuyo resultado, afortunadamente, no ha sido la retirada de una Cruz; sino la retirada de una parte del mobiliario urbano, el de un kiosco sin valor histórico, hecho que también debería ser noticia porque devuelve el esplendor que merecen esos muros; que esperamos que más pronto que tarde, sean adecentados.





Sevilla, 6 de febrero de 2021. 

II Año del Glorioso Bicho Fiero.






5 comentarios:

  1. A los edificios, como al quiosco al que usted se refiere, el sentido y su valor es el que le da cada persona. Sin nada que objetar acerca de que el patrimonio debe respetarse, religioso o civil, es improbable que éste se vea afectado por el crecimiento de la localidad y su historia, que viene inevitablemente marcada por las necesidades de su gente.

    En mi opinión y considerando la premisa del sentido religioso de la ermita de la Virgen del Castillo, no creo que las imágenes que alberga sientan esa aberración por este humilde quiosco de chapa, que dio de comer a una familia con cinco hijos cuando la necesidad apretaba. Pero sin entrar en detalles que no le incumben y como le decía al principio, el sentido y el valor de los edificios es el que le da cada persona. Créame que no somos pocas, algunas hasta cultas y sensibles, para las que este quiosquillo lo tiene; a él está ligada gran parte de nuestra vida, al ser lugar de paso muchos hemos encontrado ayuda en un momento de verdadero apuro… y, usted, con este artículo, pues ha herido nuestros sentimientos. Dudo ahora de si el objetivo de sus palabras era el de defender el patrimonio o el de ofendernos. Cuestiono esa sensibilidad y espiritualidad que menciona.

    Ha errado usted en algunos datos que yo gustosamente le corrijo: este quiosco de chapa no estaba incrustado, estaba situado; tenía su estructura que lo sostenía y sus cuatro paredes, todas propias, que no han dañado la ermita. Así de sencillo, nuestro quiosco de chapa como vino se fue. Ahora, ya puede estar tranquila, este estorbo era de quita y pon. Disfrute de la imagen y no se obceque con el otro de la ermita, no vaya a encontrar base legal y deje sin negocio y sin casa a varias familias.

    Mª José Mesa

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    1. Suscribo todas las palabras arriba expresadas. Antes de hablar, hay que informsarse: ese quiosco fue concedido por Don Ángel Blanco, alcalde entonces de Hinojosa del Duque para que una familia, de 5 hijos, cuyo padre era camionero, pudiera comer. El padre, cabeza de familia, enfermó y por tal causa, fue concedido dicho puesto de prensa y chucherías. ¿Que ha estado expuesto más de la cuenta? Quizá, no sé pero, ¿Aberración? Aberración es soltar la lengua sin saber y dañando a familias y ¡ ojo! Que, a mí me gusta mi pueblo y mi patrimonio social y cultural pero,por encima de todo, están las personas, con sus circunstancias, miserias, vivencias, necesidades y vidas.

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  2. Pues si ese rincón ayudó a sacar a adelante a esa familia numerosa... " Bendito sea "!!!
    Siempre le guardaremos especial cariño a Carmela y a todos ellos que durante tantos años nos atendieron.

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