domingo, 8 de octubre de 2017

TESTIMONIO FOTOGRÁFICO DE LA HINOJOSA QUE FUE (III): LA VIRGEN DE GUÍA


© María Dolores Rubio de Medina, 2017


Conocemos la devoción de cuatro pueblos de Los Pedroches por la Virgen de Guía: Alcaracejos, Villanueva del Duque, Fuente la Lancha e Hinojosa del Duque que organizan sus correspondientes traídas de la Imagen desde la ermita a los pueblos respectivos, siguiendo un riguroso uso del calendario para determinar la fecha que le corresponde a cada pueblo. Algún autor introduce otro pueblo más: Dos Torres (1). La historia del repartimiento del tiempo para disfrutar de la Virgen la narra el padre Juan Ruiz (2), quien relata la «Concordia» que en 1654 tuvo lugar entre Villanueva del Marqués –hoy del Duque– e Hinojosa para solucionar el conflicto sobre las tierras de la hoja de La Lancha, zona donde se encuentra la ermita; y en consecuencia, las fechas que le correspondían a cada pueblo; citándose en la «Concordia», además, los pueblos de Alcaracejos y Torremilano –que junto a Torrefranca formaría la villa de Dos Torres–. 

La Virgen, en palabras del Padre Juan Ruiz (3), «es una pequeña estatuilla, encerrada en una caja metálica con argollas, propia para ser cogida en el razón de una silla de montar», casi todos la hemos conocido sobre una peana en una de las iglesias o sobre unas andas, fuera del famoso arcón, si es que se sigue conservando.


La Virgen de Guía en el año 2005.

Existen pocas imágenes antiguas de las procesiones que se celebran en Hinojosa, de ahí mi sorpresa cuando hace un par de meses localicé en dos ejemplares de la revista «Blanco y Negro» (Madrid), dos fotografías de la procesión de la Virgen de Guía. 

La primera imagen fue publicada en el día 8/5/1932, acompañada de un texto que dice lo siguiente: «Una procesión tradicional en Hinojosa del Duque (Córdoba). Se celebra todos los días 1º de Mayo la procesión de la Virgen de Guía. Este año, con motivo de la fiesta del trabajo se celebró el día 2, en medio del mayor entusiasmo por parte de aquel vecindario». Es significativo que la celebración del día tradicional se vea desplazaba por una fiesta laica como es el Día del Trabajo, que no es de extrañar, por la pujanza que tuvieron en la época los sindicatos agrícolas, puesto que como sabemos, la economía de Hinojosa es agrícola-ganadera. La imagen tiene la suficiente calidad como para observar las andas o parihuelas en las que era traslada en año.

La segunda imagen es de 1936 y es un testimonio gráfico extraordinario, que muestra la procesión mientras recorre la calle Corredera –me ha parecido reconocer esa calle, como si vinieran desde el Paseo en dirección a la Plaza, a la altura de actual Iglesia de los Padres Carmelitas, aunque no estoy segura–. El pie de la fotografía dice lo siguiente: «PRIMER DOMINGO DE MAYO EN HINOJOSA DEL DUQUE. La venerada imagen de la Virgen de Guía, llevada procesionalmente un trayecto de 12 kilómetros, desde el pueblo de Fuente la Lancha hasta la parroquia de dicha ciudad cordobesa». La Virgen es acompañada por una multitud que ocupa toda la calle de punta a punta. Destacan la cantidad de hombres de campo –no nos olvidemos que Hinojosa siempre ha sido un pueblo de labradores y ganaderos–, vestidos con sus mejores galas. 


Como reflejo de la vinculación con el campo de esta imagen religiosa, traigo a colación dos datos: 
a) En el siglo XIX una de las 2 ferias que se celebraban en Hinojosa del Duque –del 3 al 11 de febrero– se desarrollaba en los alrededores de su ermita, distante a 3 lenguas de la población (2); feria que no tardaría en desaparecer, a pesar de estar organizada dentro del calendario agrícola en una de las épocas de menos trabajo.
b) Porque los rituales religiosos no sólo eran hitos del calendario agrícola, sino que demostraban la idiosincrasia del hombre de campo hinojoseño, preocupado por el fruto de la tierra. Para demostrar todo esto, nada mejor que reproducir las palabras de un verdadero apasionado sobre el tema, como lo fue mi padre, Pablo Manuel Rubio Ramos, que en su manuscrito titulado «Relatos Intrascendentes», dejó perfectamente retratado el sentimiento «religioso» del hombre de campo de nuestro pueblo: 
«Cuando la agricultura era ecológica, sin necesidad de leyes, y los agricultores hinojoseños verdaderos enamorados de su oficio, las sementeras se cuidaban con mimo extremado para obtener el máximo beneficio, realizando las diversas labores en tiempo y forma oportunas. Hacia los Santos, ‘quince días antes, quince días después, sementera es’, se sembraba el trigo, la cebada, la avena, productos capitales de las tierras de la semimeseta del término de Hinojosa. A primeros de año se graneaban las siembras con la red metálica de pinchos para romper la tez de la tierra para que el agua de la lluvia penetrara, evitando en lo posible la correntía superficial. Más tarde la escalda o desherbo a que nos referiremos; siembra de garbanzos y otras leguminosas, buen alimento de animales, principalmente los cerdos de matanza, como chícharos, muelas y habas. y a esperar el ‘agua de mayo’, primavera larga y lluviosa para el desarrollo y granación de los productos. Siega, acarreo a la era, trilla, separación del grano y la paja o limpia y depósito en el doblado y pajar; ya estamos en la Feria de agosto, después de tomar parte en la procesión de la ‘cojoná’ porque el labrador, siempre descontento al acompañar la Custodia del Corpus va comentando con el vecino: ‘Este año no cojo ná’. Finaliza el año agrícola. Por San Miguel —29 de septiembre— se contrataban obreros por año, muleros y pastores; se reponían animales y mantas en las ferias de la comarca y volvía un nuevo ciclo». 

Los tiempos, con sus cambios, han desvinculado las fiestas religiosas del calendario agrícola, aunque se siguen celebrando en las mismas fechas señaladas desde hace siglos.

Evolución de la festividad: esperando la traída
de la Virgen de Guía en el campo, en 1977.

Volviendo a la segunda fotografía publicada en el «Blanco y Negro», esa imagen me llamó la atención por haberse publicado el día 17/05/1936. Algo más de año después, en agosto de 1937, toda esa aparente devoción de la gente saltó por los aires, como nos trae a la memoria las palabras de don Juan Jurado Ruiz, Pbro. quien narró los desmanes ocurridos en agosto de 1937 (Guerra Civil) en la Parroquia de San Juan Bautista, donde quemaron los retablos e imágenes y devastaron la iglesia (5). 

¿Y por qué he contado esto? Porque ha sido esta fotografía y el recuerdo de las palabras de don Juan, las que, una y otra vez, me ha asaltado como una tortura china durante estos días en que una parte del pueblo catalán reclama  la independencia de Cataluña.


BIBLIOGRAFÍA

  1. Alfredo Gil Muñoz: «El Valle de los Pedroches: el país y sus habitantes». Boletín de la Real Sociedad Geográfica. 1925. Tomo LXVI. Págs. 45-76. Curioso, por otro lado, que utilice el término país para referirse a una comarca. ¡Cómo evoluciona el significado del lenguaje!
  2. Juan Ruíz:: La ilustre y noble villa de Hinojosa del Duque, Jerez de la Frontera, 1923. Págs. 261-263.
  3. Juan Ruiz: Op. cit.
  4. Pascual Madoz: Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar. Edición Facsímil dedicada a la provincia de Córdoba –que originalmente pudiera estar fechada en 1852–, reproducida por Ámbito y Editoriales Andaluzas Reunidas en 1987.
  5. Manuel Nieto Cumplido: Iglesia de San Juan Bautista, Hinojosa del Duque, Córdoba, 1982. Págs. 92-93).

NOTA: Para publicar las imágenes propiedad de la revista «Blanco y Negro» (Madrid) he solicitado el preceptivo permiso al archivo del ABC, que me ha autorizado a usarlas mediante enlace. 

Sevilla, 8 de octubre de 2017. 

Día de la Manifestación 
convocada por la 
Sociedad Civil Catalana 
en Barcelona. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario