domingo, 8 de enero de 2023

EL «AUTO SACRAMENTAL DE LOS REYES MAGOS» DE EL VISO DE LOS PEDROCHES



© María Dolores Rubio de Medina, 2023


De los tiempos inmemoriales en los que vestía baby blanco para ir al parvulario solo tengo recuerdo de dos obras de teatro populares: «Fuente Ovejuna» y «El Auto de los Reyes Magos». Los niños no teníamos edad para ir a esas funciones, especialmente al «Auto Sacramental de los Reyes Magos», del que se contaba que había que ir a verla con una manta para arroparse por el frío que hacía. Los espectadores tardaban varios días en sacudirse el frío de encima.


Cartel anunciador de la representación teatral.


«Fuente Ovejuna» tiempo ha que me tuvo como espectadora; me quedaba pendiente de ver el «Auto Sacramental», circunstancia nada fácil, habida en cuenta que es una obra cuya puesta en escena es muy difícil de asumir para una localidad que, en la actualidad, no llega a los 3.000 habitantes, por lo que se representaba por los vecinos de El Viso cada siete años; en la actualidad,  cada cuatro años. 

Los Pedroches, un páramo de teatro popular durante la mayor parte del siglo XX, a partir de los años 80, se fue transformando en una competición de unos pueblos con otros, en pos de la explotación del turismo rural. Cada cuatro años –si no hay pandemia o elecciones municipales que lo remedien–, cada pueblo tiene su «teatro y sus actores aficionados». Recuerdo así a lo pronto: en Belalcázar, «El Halcón y la Columna»; en Hinojosa del Duque, «La Vaquera de la Hinojosa»; en Alcaracejos, «Los Coloquios de la Infancia de Jesús»; y en El Viso, «El Auto de los Reyes Magos». «El Alcalde de Zalamea» y «Fuente Ovejuna», obras consolidadas y con un libreto extraordinario que deja en mantillas a cualquier otra obra popular de Los Pedroches –para mi gusto–, se representan en pueblos cercanos que no pertenecen a Los Pedroches. Excepto la obra que se representa en El Viso, el resto de los teatros populares de Los Pedroches son eventos modernos –aunque se basen en adaptaciones de textos o serranillas antiguas–; cierto es que algunos van a cumplir la friolera de 25 años, como es el caso de «La Vaquera» en Hinojosa. 

La representación de «El Auto Sacramental de los Reyes Magos» se pierde en la memoria colectiva de los habitante de El Viso y obtuvo su reconocimiento como Fiesta de Interés Turístico de Andalucía en marzo de 1999.

El libreto que sirve de soporte al «Auto Sacramental» es una adaptación de una obra escrita a finales del siglo XVIII por Gaspar Fernández y Ávila (1757-1799), titulada «La infancia de Jesu-Christo: poema dramático dividido en doce coloquios», compuesta alrededor de 1784. No obstante, no se representan los 12 coloquios, solo algunos episodios, concretamente hasta el momento en que los Reyes Magos, una vez tributado su homenaje al niño Jesús, avisados por un ángel, desvían su camino para no tener que dar cuentas de la visita a Herodes. 

En la «Biblioteca Virtual de Andalucía» se encuentra disponible, en formato digital, una versión en color y otra en blanco y negro de la obra original de Gaspar Fernández.

Sobre las escenas dramáticas adaptadas y que se representan en el escenario preparado para la ocasión, se sobreponen las danzas locales (jota viseña),  puestas en escena con una gran cohesión entre sus, aproximadamente, 70 miembros, que se acompañan por la música y  los villancicos tradicionales ejecutados por la Coral Viseña. Precisamente para que músicos, cantantes, bailarines y actores se organicen con unidad y maestría, enlazando la entrada y salida de las distintas escenas, personajes y bailes, la «Peña Cultural de los Reyes Magos» se encarga de organizar los ensayos, organizar la puesta en escena y recabar, junto con el Ayuntamiento, los patrocinios necesarios para representar la obra.

El «Auto» se representa durante cuatro días consecutivos en lo crudo de lo más crudo invierno, al descubierto; en la plaza principal del pueblo, que se transforma en un escenario con los atrezos de  cuatro subescenarios diferentes: una majada de pastores; el palacio de Herodes; el portal de Belén; y las fachadas de varias posadas o mesones y algunos negocios locales.  

La majada de los pastores.

En busca de posada.

Natividad.

Pastores en coloquio.

Escenografía sobre la jota viseña.


Desde el punto de vista antropológico, se trata de la primera obra de teatro a la que he asistido en la que se han puesto en juego los cinco sentidos: la vista; el oído; los olores –los pastores, en su majada, encienden candela y ponen al fuego comida, con los que a los espectadores les asalta los aromas de los distintos manjares y de la leña quemándose. Estos olores sorprenden más a los urbanitas que asisten a la representación que a los locales, más habituados a ellos–; el gusto –se ofrece a los visitantes chocolate caliente, dulces y migas con sus tropezones–; y el tacto –al abandonar las gradas de los asientos se hace por parte del escenario, en el que permanecen los actores, con los que es posible tocar los ropajes de estos, y apreciar, por ejemplo, los bordados. Algunos vestidos tienen una antigüedad de varias generaciones, por lo que se han subido, al menos, durante un par de siglos al escenario–.


Los espectadores reflejados en el casco de un soldado de Herodes.


En definitiva, mi objetivo no es el desmenuzar el argumento de la obra (conocido por todos: María y José buscan un lugar donde cobijarse, y una vez nacido el niño Jesús, éste es visitado por los pastores y los Reyes Magos), sino aclarar que se trata de un evento cultural consolidado; realizado en unas fechas atípicas –invierno– impropias de un teatro popular que se representa cielo abierto, al coincidir con el final del periodo navideño, en consonancia con la obra que representa. Es muy recomendable su asistencia puesto que, como espectadores, asistimos a la representación de la vida local que fue –y sigue siendo–, y a la que vuelven los urbanitas para conocer los momentos y la vida de la que ya no disfrutan.


Sevilla, 8/1/2023.




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