domingo, 7 de mayo de 2023

LA CRUZ DEL CHAPARRAL (2023)

© Del texto: MD Rubio de Medina, 2023

 © De la poesía: Raquel Gil  Espejo, 2023

© De las fotografías:   Raquel Gil Espejo

      y María Teresa Barrios Espejo, 2023

 



Cuando contemplas las Cruces de Mayo de Añora, te deslumbra la belleza sublime. La novedad si es tu primera vez. El juego de luces muy sutiles, la transparencia de las gasas, los planos superpuestos que confluyen en esas creaciones, pierden muchísimo impacto cuando las contemplas en fotografías que no captan la gran  profundidad de campo. Cuando las ves con tus ojos y aprecias sus distintos niveles y pliegues, te asalta como un fogonazo y cuando ese primer sentimiento se asienta, la curiosidad te lleva a preguntarte cómo están hechas esas Cruces. Te acercas, y mucho, para contemplar sus cruces de oro, las cadenas puestas en caprichosas formas, las flores, sus pétalos, sus hojas, la sal derramada sobre el granito, etc. 



La Cruz del Chaparral, 2023. (La Cruz de noche).


Detalle de la plataforma escalonada 
sobre la que se alza la Cruz.


Tienen que pasar muchas cruces para que, año a año, vayas admirando el trabajo de las cruceras. Las largas horas que pasan recortando, pegando, creando, decorando alambres y cordeles para el disfrute de un solo fin de semana. Fui consciente, por primera vez, de la bestial cantidad de  trabajo cuando en el año pasado vi una novedad de la Cruz del Chaparral. Era un cartel ilustrativo que explicaba el proceso creativo. Este año, el proceso se ha repetido con un nuevo cartel explicativo y entramos en vértigo cuando leemos que para crear la Cruz del Chaparral fabricaron 4.700 flores (Cintas) o usaron 4.050 metros de corderillo, por un poner. 



Cintas, Organzas, Palmitas, Bolas, Piedras...
y las manos mágicas de las cruceras.


Ese cartel ilustrativo creó escuela, pues este año lo ha introducido la Cruz de la Amargura. Para otros años, quizá se debería añadir las largas horas trabajadas por todos los vecinos que, secretamente, invierten su tiempo libre para poner de lujo su pueblo y dejar boquiabiertos a los demás habitantes de Los Pedroches y de más allá.


Este año, la Cruz del Chaparral, ha ganado un merecidísimo segundo premio en la modalidad de cruces exteriores. El reconocimiento ha sabido a poco para el esfuerzo colectivo de unas 20 mujeres que han fabricado con su manos cada hojita, cada flor, cada palmita, cada detalle; de los niños y niñas que han ayudado haciendo cadenas de bolitas; de los 10 hombres, o así, que han montado las carpas y trasladado los hierros para dar forma a la decoración elegida, o que han cortado el alambre. Todo el «Chaparral» unido para «vestir» su  Cruz. 



El equipo creador de la Cruz del Chaparral.

Detalle de la Cruz.


Este año ha habido otra novedad, unas barras de bar para recaudar dinero para las cruces del año venidero, que este año, por la inflación y subida de precios, habrán disparado, sin duda, la inversión necesaria para crear la ilusión colectiva y dar vuelo a la esperanza de que tu Cruz sea la mejor de su modalidad.


El cartel ilustrativo para ayudar a la Cruz venidera.


Conozco desde niña la Fiesta de las Cruces de Añora, desde los tiempos en que mujeres enlutadas con mandiles a cuadros se afanaban desde las mesas de camilla de sus casas para crear los accesorios; pero hasta el 2022, no conocí el orgullo de «ser crucera». Cuando, hace ya una Cruz del Chaparral, presenté a Raquel Gil Espejo a las amigas que me acompañaron a Añora para visitar las  Cruces, ella les dijo con todo orgullo: «soy crucera». No es para menos, no sólo es escritora, también tenía a bien desempeñar el oficio en el que la habían precedido muchas noriegas ilustres. «Ser crucera» es un modo de vida, una forma de entender tu existencia pasando tu tiempo libre –y no tan libre–, haciendo flores, adornando los interiores de las casas o las cruces de granito de las calles, con oro, cadenas, velos, gasas, alambres, bolitas, piedras, etc. En definitiva, haciendo la colectividad noriega.


La escritora y "crucera" Raquel Gil Espejo con "su" Cruz.

Ese sentimiento y orgullo de ser crucera, lo ha plasmado Raquel Gil Espejo en un poema que ocupaba el centro del cartel ilustrativo de la Cruz del Chaparral y en el que leemos:


¿Ves esta Cruz?

Respira, inspira, suspira...

Haz tuyo este momento.

Grábalo en tu retina

y almacénalo en un recodo de tu ser.

Ahora,... disfrútala, vívela, 

siéntela, embriagate de su embrujo, 

adéntrate en su manto de flores,

que la emoción brote muy dentro de ti.

Deja que su belleza, tu corazón conquiste.

¿Acaso la mujer noriega 

no atesora magia entre sus manos?

Haz tuyo cada instante.

Sueña, vuela, déjate atrapar 

por el encanto de Añora, 

de sus calles, de sus gentes, de sus cruces 

que tan bellas lucen cada mes de mayo.

Que este día perviva en tu retina y acaricie tu piel.

Nosotras la observamos, cautivadas, y una frase se dibuja 

en nuestras mentes y traspasa nuestras almas:

¡Qué orgullo es ser noriega!


Sevilla, 7/5/2023.



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