domingo, 3 de marzo de 2024

BODA EN AÑORA (TEATRO DOCUMENTAL)

Raquel Gil Espejo y María Dolores Rubio de Medina han inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual el manuscrito teatral titulado Boda en Añora.


Portada del futuro libro:
pareja de Añora.

La obra, elaborada a cuatro manos, trata sobre  los ritos que se practicaban durante el cortejo, los esponsales y la celebración de la boda en Añora (Los Pedroches) a finales del s. XIX y principios del s. XX, siendo su base documental el ensayo "Prácticas de Derecho y Economía Popular observadas en la villa de Añora" de Antonio Porras Márquez (Madrid, 1916).


Las autoras han desarrollado el manuscrito en clave de humor, durante cuatro meses en los que han alternado trabajo, risas y sorpresas. En ese tiempo el borrador ha volado por correo electrónico de Añora a Sevilla y a la inversa, hasta que las autoras se han dado por satisfechas y han inscrito la versión definitiva en la plataforma Ninfa, en vistas a su futura publicación.



María Dolores y Raquel, con el manuscrito.


El pasado 1 de marzo, Añora fue testigo de un encuentro entre Raquel y María Dolores que se felicitaron mutuamente por haber culminado el manuscrito, que pronto será libro.


Las autoras junto a la "naura" (noria) de
la plaza principal de Añora.

Se irá informando de las novedades relacionadas con la obra Boda en Añora, especialmente cuando se encuentre disponible el libro y se programe su presentación.

 




martes, 30 de enero de 2024

CHOZAS (Belalcázar e Hinojosa del Duque)

 Recientemente el blog "Solienses" ha dedicado un par de entradas a tratar de identificar una choza que aparece en el documental de 1926 de Industrias Pecuarias. Una de las sugerencias es que podría ser una de  las Chozas del Trapero, junto al Molino de Pellejeros (Belalcázar). Casualmente, en el archivo fotográfico que fue recopilando mi padre, especialmente en los años setenta del siglo pasado, he encontrado un par de diapositivas de 1980 sobre estas chozas que nos las muestran en el ocaso de su esplendor, que publico por si fueran de utilidad en la identificación.






Lo que abundaba, sin embargo, era otro tipo de construcción menos sólida, las llamadas "chozas de melonero", hechas con palos y un material extremadamente ligero, la paja. De pequeña escuché, en alguna ocasión, a personas mayores llamarlas "rosqueras". Este tipo de choza eran las más frecuentes en los años setenta del siglo pasado, salpicaban los terrenos de Los Pedroches en los que se sembraban melones y sandías. Servían tanto para guardar los aperos, como para encontrar refugio al tórrido solazo o para cobijarse cuando se guardaba el melonar de manos ajenas. 



sábado, 13 de enero de 2024

1939-Hinojosa del Duque: Portafolio de Guerra


© María Dolores Rubio de Medina, 2024



El libro Ni héroes, ni soldados: fotoperiodistas. Fotoperiodismo y Guerra Civil en Córdoba de Antonio Jesús González (edición de la Diputación de Córdoba, 2023) y un artículo que publicó el cronista de Belalcázar, Feliciano Casillas Sánchez, titulado «Dos imágenes inéditas de la toma de la localidad de Belalcázar (Córdoba) por las tropas Marroquíes Franquistas en la recta final de la Guerra Civil, el 26 de marzo de 1939», en el blog del Ayuntamiento de Belalcázar, en noviembre de 2023, fueron los detonantes que me impulsaron a embarcarme en una investigación en el Archivo Municipal del Sevilla.


Gracias a esas referencias descubrí la existencia de un fotógrafo llamado Juan José Serrano Gómez que había viajado empotrado (como se dice ahora) con las tropas del General Varela, veterano de las Campañas de África y, parece ser, que comandó las tropas que, el 26 de marzo de 1939, sin disparar un solo tiro, tomaron la ciudad de Hinojosa del Duque. Mi pueblo, desde el día 15 de agosto de 1936, estaba en manos del Bando Republicano. Durante esos años, la mayoría de la población estuvo viviendo en el campo.


Portada de la revista que contienen
las fotografias de la entrada de
las tropas en Hinojosa del Duque en 1939.


No pretendo analizar, en ningún caso, los avatares de la Guerra Civil en Hinojosa; quien estuviere interesado en sus particularidades tiene a su disposición una bibliografía abundante, de la que destaco dos publicaciones: La Comarca de Los Pedroches (Córdoba) al comienzo de la Guerra Civil Española (1936) de Antonio Leal Márquez (edición del autor, 1985) y, en el aspecto administrativo, el capítulo V del libro Actividad municipal en Hinojosa del Duque (1923-1975) de Pablo M. Rubio Ramos (edición de los hijos del autor, 2021). Mi intención es mostrar cinco imágenes inéditas de un momento histórico que nunca –como ningún momento de la Guerra Civil– debió de suceder.


Volviendo al fotógrafo, Serrano, como era conocido en el mundillo, había nacido en 1888 en Arenas de San Pedro (Ávila) y falleció en 1969, en Sevilla. Se hizo muy conocido por haber fotografiado, con toda crudeza, los sucesos de Casas Viejas, el levantamiento contra el Cuartel de la Guardia Civil ocurrido durante los días del 10 al 12 de enero de 1933. Sus fotografías se publicaron en los periódicos y revistas más reputados de la época y trabajó para el ABC-Sevilla. Como se ha anticipado, acompañó a las tropas marroquíes-franquistas del General Varela. Esta aventura la dejó plasmada en placas de vidrio de 9 x 12 cm. donde quedó reflejado el avance de las tropas por tierras cordobesas. En lo que en lo que se refiere a Hinojosa, se realizó desde Peñarroya-Pueblonuevo, con el ejercito entrando por la Linde, la zona conocida como el paraje de Molino de Viento. 


El archivo personal de Juan José Serrano, incluyendo las fotografías tomadas durante la Guerra Civil, fue comprado por el Ayuntamiento de Sevilla, al haber sido un excelente fotógrafo de la ciudad, en la que residió y falleció. 


La publicación de dos fotografías sobre Belalcázar, hechas por Serrano, aunque una de ellas en el libro mencionado se sitúa en Pozoblanco, luego correctamente identificada por Feliciano Casillas, me impulsó a ponerme en contacto con el Archivo Municipal de Sevilla que, por esas casualidades del destino, resulta que está situado a unos 10 minutos, a pie, de lugar donde trabajo, en la calle Almirante Apodaca, en pleno centro histórico.


Cuando indagué en el Archivo, me informaron de la existencia de una única fotografía situada en Hinojosa del Duque, que me facilitaron, la cual, como veremos, es fuente de muchos datos que permiten que conozcamos detalles sobre la Guerra Civil. Los responsables del Archivo, a los que agradezco de corazón el excelente trato que me dispensaron, me informaron que, además, existían como unos 150 negativos que no estaban identificados, de los que se desconocía el lugar dónde fueron tomados. Solicité una cita presencial para revisar los negativos, basándome en la lógica de que un fotógrafo no realiza una sola fotografía de un lugar, y más durante un momento histórico como era tomar una ciudad –título que se le había concedido a Hinojosa en 1927– por el bando contrario al que la había gestionado durante casi toda la  desgraciada contienda.


Cuando acudí a la cita, angustiada, por la dificultades que tendría para reconocer algo en unos negativos que hay que observar al contraluz,  me encontré con la sorpresa de que lo que ponían a mi disposición era unas 100 fotografías en papel, de pequeño formato, dentro de un fichero que tenía separaciones hechas con cartulina azul y anotaciones como: «Trincheras», «Edificios civiles destruidos», «Iglesias destruidas», «Retratos», «Fallecidos», etc. Entre ese interesante puñado de fotografías, para mi sorpresa, logré localizar cuatro imágenes captadas en Hinojosa del Duque, que identifiqué gracias a que en ellas salían retazos de nuestra Catedral de la Sierra.


Las fotografías que, por primera vez, salen a la luz, las he adquirido para esta publicación e informé al Archivo que su finalidad era publicarlas en su blog y en una revista digital. Con ellas, tienen ustedes en sus manos una minúscula parte de la Historia de Hinojosa del Duque.


Sevilla, 25 de diciembre de 2023.


MD Rubio de Medina



A su disposición el Cuaderno Colodro núm. 11. Hinojosa del Duque: Portafolio de Guerra.




PICAR AQUÍ PARA DESCARGAR EL CUADERNO NUM.11



Número de entradas al publicar el Cuaderno Núm. 11: 117.000




jueves, 28 de diciembre de 2023

La costumbre, fuente de Derecho, en las Bodas de Añora

He publicado unos comentarios titulados "La costumbre, fuente de Derecho, en las Bodas de Añora", en la e-Revista Internacional de Protección Social (e-RIPS). Vol. VIII, n.º 2-2023.


Portada de la Revista


El enlace de la revista completa:

e-Revista Internacional de Protección Social


Para acceso directo a mi artículo, picar debajo:

ARTÍCULO BODAS AÑORA

martes, 26 de diciembre de 2023

Portafolio de Guerra (Hinojosa del Duque, 26 de marzo de 1939)


Así cerraré mi actividad investigadora de este año, con fuegos artificiales-fotográficos. Aquí está el bombazo que prometí.


Como he dicho tantas veces, cuando busco algo no lo encuentro y cuando no busco, encuentro. 


Me pasa lo contrario que a las pulgas, que cuando las tienes, las buscas, y cuando no las tienes, ni las buscas ni las quieres. 


Ya tengo preparado mi último descubrimiento sobre la Historia hinojoseña. La suerte ha tenido el capricho de recompensar mis horas de búsqueda poniendo ante mis ojos algo que desconocía que existía y por eso mismo, nunca he buscado. Los demás tampoco sabían que existía porque algunas imágenes no habían sido identificadas, he tenido la fortuna de “bautizar” el hallazgo, poniéndole con letras de molde el lugar donde fueron tomadas las fotografías:


HINOJOSA DEL DUQUE. 


Primero reservo el hallazgo para mis amigos, que tendrán la fortuna de asistir al pase privado (D.M.) que he preparado para mostrar el descubrimiento.


(Portada de la presentación).

Después del día de Reyes, pondré a disposición del público, en este blog, el Cuaderno Colodro núm. 11, detallando esos descubrimientos.



Portada el número 11 de mi revista, fundada y maquetada
por mí misma. 


Mientras tanto, sigamos disfrutando la Navidad-2023.






P.D. Por cierto, el descubrimiento, como tantos otros que he realizarlo, lo he pagado de mi bolsillo y he pedido el permiso correspondiente para poder publicarlo.

domingo, 17 de diciembre de 2023

Las vueltas del Convento Carmelita


© María Dolores Rubio de Medina, 2023


El Convento de San Diego, tristemente desparecido dos veces de la historia inmobiliaria de Hinojosa del Duque, nos está dejando, sin embargo, un caudal interesante de historias escritas y gráficas. Hemos tenido acceso a novedades relacionadas con el mismo (por ejemplo, en este blog se puede consultar el artículo de Santos Ortega Gómez y servidora titulado "Redescubriendo el Convento de San Diego de Hinojosa" sobre el primer convento de nuestro pueblo que recibió este nombre); al redescubrimiento de la obra realizada por algunos de sus frailes moradores (como es el caso de La Ilustre y Noble Villa de Hinojosa del Duque, publicada por el P. Juan Ruiz en 1923) o la evocación  gráfica de su edificio.


Vamos por partes; en primer lugar, quiero dejar constancia de que, en 1959, el edificio del desaparecido Convento Carmelita de Hinojosa del Duque fue el anfitrión de la «I Reunión Comarcal de la Orden Tercera» de los Carmelitas. Con este evento la ciudad de Hinojosa se convirtió en la capital de la provincia de la Orden durante los días en que duró el encuentro. Entre las desaparecidas paredes del Convento convivieron durante las jornadas miembros de las Ordenes Terceras de Quintana de la Serena y Talarrubias (Badajoz), Pozoblanco, Alcaracejos, Villanueva de Córdoba, Dos Torres e Hinojosa del Duque.


El programa del encuentro ha quedado inmortalizado para la posterioridad en la separata de la revista El Santo Escapulario, la revista TOC, en su número de enero-abril de 1959; cuyo número en su totalidad, aunque numerado de la página 379 a la 422, está dedicado en su totalidad a este encuentro. Un ejemplar de la revista ha llegado a mis manos por gentileza de Francisco Jordi Sánchez, y es una joya de añoranza sentimental que prueba el faro luminoso que fueron los Carmelitas en la cultura y la educación de nuestro pueblo.

Portada de la Revista TOC, número extraordinario 1959

índice del número.

Editorial del P. Enrique M.ª Montero:
"Cuando un pueblo se convierte en capital de provincia".


En segundo lugar, me congratulo que el libro con el que se ha pretendido que continúe, dentro de su humildad, La Ilustre y Noble Villa de Hinojosa del Duque, esté consolidándose en el tiempo.


Es gran satisfacción descubrir que el Libro-homenaje al Fr. Juan Ruiz, C.A.O. en el centenario de la publicación de La Ilustre y Noble Villa de Hinojosa del Duque (AA.VV.), fruto de la relación de cada coautor con Hinojosa, esté siendo citado en otras publicaciones. Lleva camino de ser otra una obra imprescindible para conocer Hinojosa. Me llena de orgullo comprobar que sigue su recorrido por el mundo, en este caso, a través de una cita en la revista digital Salud: medicina y humanidades, cuyo número de octubre de 2023, menciona nuestro Libro-homenaje en el artículo titulado «Viaje histórico al corazón de otras pandemias de nuestro entorno», escrito por Jurado-Palomo, J.; Moreno-Ancillo, Á; Caminoa-Irisarri, M.J.; Criado-Álvarez, J.J.


Enlace a la Revista Salux


Por último, no quiero olvidar el libro Patrimonio perdido de Los Pedroches de Antonio Merino, Editorial 17 Pueblos, 2023 (pásgs. 24-27), dedicadas al desaparecido Convento de San Diego, que recoge una fotografía perteneciente a la colección que nos dejó mi padre, Pablo Manuel Rubio Ramos, alumno y posteriormente profesor del mítico centro de enseñanza hoy desaparecido, datada en aquellos aquellos años en que el centro fue «faro educativo y cultural» del norte de Córdoba.


Portada del libro: "Patrimonio Perdido de Los Pedroches"

Fachada y Torre del desaparecido Convento de San Diego,
Colección de Pablo M. Rubio Ramos.


Sevilla, 17 de diciembre de 2023.

sábado, 21 de octubre de 2023

«Los de la Sierra» y los «Defensores de la Legalidad Democrática»



© María Dolores Rubio de Medina, 2023



«Cuánto va de oriente a poniente», dice nuestro refranero... ¡Y tanto! Al amparo de la Ley 20/2022, de 19 de octubre, de Memoria Democrática, en nuestro pueblo están mostrando solo el «poniente», olvidándose que hay que partir del «oriente».


En Hinojosa del Duque se están colocando en  monumentos y en edificios particulares carteles conmemorativos del bando «de combatientes y defensores de la legalidad democrática», así reza, por ejemplo, el cartel situado ante el convento de las Concepcionistas. El pueblo (no soy tan ingenua, supongo que será la denominación del sector de los ofendidos con tal innovación), tan suyo y tan propio, ha rebautizado esos carteles hechos de metal con letras caladas, y pintados en negro, con el nombre de «las chapas». 


  No tengo que nada que decir sobre las frases que aparecen en «las chapas»; como diría mi admirado Shakespeare, son «palabras, palabras»; allá ellos, si consideran que lo reseñable, contradiciendo el espíritu de la Ley 20/2022, es señalar en «las chapas» sólo lo que ocurrió a partir del final de la Guerra Civil; eso es asunto suyo. Ahora bien, con la Ley en la mano, las víctimas en Guerra Civil, se inician el 18 de julio de 1936, con independencia del bando en el que estuvieran. ¡No, no, no..! No voy a exigir que también le pongan «chapas» a las personas detenidas, torturadas, violadas o asesinadas en Hinojosa desde el 18 de julio de 1936; o mejor desde 15 de agosto de 1936 al 25 de marzo de 1939, periodo en que el pueblo estuvo en manos del bando «de los defensores de la legalidad democrática», y lo digo con sus palabras, no con las mías. ¡No!


Lo que voy a contar es que, de nuevo, con una de las «chapas» se han topado con el dicho ese de que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra; en este caso, con mi familia. Los seguidores de este blog ya saben lo que pienso sobre el monolito del cementerio, donde entre los nombres grabados en el granito se encuentra, presuntamente, el del torturador de mi abuelo materno. Y ya puestos, a todos, a los «hunos y a los otros», ampare Dios en su gloria.


Mucha gente, gracias a «las chapas» ha descubierto algunas cosillas pasadas en nuestro pueblo; a mí, cuatro personas distintas me han preguntado si era verdad eso de que el convento de las Concepcionistas fue una cárcel. Y una... ¡Qué quieren que les diga!, les ha contado «el oriente», «el poniente» y lo que hubo tras el «poniente».


Y ese «más allá del poniente», lo cuento aquí transcribiendo algunos párrafos de un capítulo de mi manuscrito «Memoria de familia», que escribir para dejar constancia de lo que había descubierto sobre el asesinato de mi abuelo paterno, cometido en 1945.



«LOS ROJOS Y LOS TAPADOS 

¿Quién iba a decir que el final de la Guerra Civil y la suerte de aquellos que habían pertenecido al bando republicano, y que aguardaban a que los juzgaran en la cárcel de Hinojosa del Duque, iba a tener repercusión en el desarrollo de la memoria de mi familia? 

Finalizada la Guerra Civil, las cárceles de los pueblos albergaron los rojos que habían sido detenidos a la espera de que fueran juzgados. Tanto en Belalcázar como en Hinojosa se produjeron huidas sonadas, protagonizadas por aquellos que aguardaban sus juicios, un proceso excesivamente lento porque los tribunales se encontraban desbordados, aparte de que se tardaba bastante con el papeleo. Era muy difícil reunir los testimonios necesarios para probar los hechos que servían para fundamentar las acusaciones. 

Con independencia de las pruebas, la mayoría de los encarcelados tenían clara cuál sería la sentencia. Pasaban por un proceso que los condenaba a muerte, salvo en las raras ocaciones que se demostraba que no tenían delitos de sangre, algo extremadamente dificultoso.

En Belalcázar una quincena de detenidos se escaparon la noche del 4 de agosto de 1939; en Hinojosa, se evadieron una veintena, durante la feria, la noche del 31 de agosto de 1940. 

En Hinojosa, Lázaro Leal, el Perdigón, maestro albañil, abrió un agujero en el muro del edificio de las monjas Concepcionistas, en cuyo convento estaba situada la cárcel, aprovechando el relajamiento producido por estar celebrándose la famosa feria de San Agustín. Por el boquete abierto escaparon una veintena de detenidos, seis de ellos fueron abatidos por los vigilantes. 

Estos huidos empezaron a ser conocidos como los de la Sierra, en otros lugares fueron llamados maquis, o en Pozoblanco, los tiraos al campo. Para sobrevivir, necesitados de alimentos, medicinas, bebidas, herramientas armas y otros enseres, estos grupos de evadidos, de vez en cuando, se organizaban y hacían visitas a los cortijos de la zona donde robaban. También se dedicaron a asaltar los camiones de comestibles que realizaban los portes desde las estaciones de tren de Almorchón, Cabeza del Buey, Zújar, etc. a los comercios de los pueblos de Los Pedroches. 

Desde 1940 –y hasta inicios de 1945–, la mayoría de estos huidos actuaron por libre, en grupos autorganizados. Fue a partir de 1945 cuando el Partido Comunista vio su potencial y empezó a organizarlos como vía opositora frente a Franco, mandando gente para que captaran a los huidos y los organizasen con cierta disciplina militar. 

Al margen de lo anterior, a los de la Sierra se les unió otro grupo de gente conocidos como los Tapados. Al parecer, muchos de ellos fueron víctimas de las consecuencias de la Guerra, de la falta de alimentos para todos, del paro y del rechazo que sufrían los familiares de los que habían luchado en el bando rojo. El hambre hizo  que muchos de ellos se dedicasen a asaltar los camiones de comestibles con la cara cubierta –de ahí que fueran conocidos como los Tapados–. Estos sujetos, casi siempre jóvenes, mantenían una doble vida en el pueblo, actuaban como si fueran personas normales y sin tacha, hasta que eran descubiertos y no le quedaba otra salida, si no querían acabar en la cárcel, que lanzarse al campo. Se dice que este fue el caso de Adriano Granados Aranda, el Tigre, un hinojoseño que vivía en el Camino de Sevilla de Hinojosa, con malvado protagonismo en esta memoria. 

Tanto los huidos de las cárceles –también hubo otra huida de la cárcel de Pozoblanco por esos años– como los Tapados, formaron agrupaciones que generaron el terror de la población, y que se dieron en muy pocos lugares de España, principalmente en los Pirineos, donde si eran conocidos como los maquis. 

La situación de estos pueblos del norte de Córdoba llegó a ser tan inestable que, en 1940, la Legión fue enviada la zona para mantener el orden y prestar cierta seguridad a la aterrada población, aún no repuesta de los horrores de la reciente Guerra. La Legión estuvo, por ejemplo, en  Belalcázar, uno de los lugares con mayor conflictividad social. La presión de los militares hizo que los huidos se refugiaran en tierras de Cáceres. Sin embargo, muchos de ellos volvieron a la zona del norte de Córdoba en el verano de 1941. Precisamente fue en ese año cuando la Guardia Civil comenzó a mandar una o varias parejas para que estuvieran con estancia en determinado cortijos (de propietarios afectos al Régimen) a la espera de los huidos.

(...)

Entre la gente del campo eran conocidas, de sobra, las correrías de estos desalmados. El que más y el que menos tenía preparada su vivienda por si aparecerían los de la Sierra pidiendo comida –en realidad la robaban, aunque el famoso Manual del Guerrillero escrito por Mario de la Rosa establecía que cada uno se pagaba su comida, raramente el consejo era puesto en practica–. Lo habitual era que la gente del campo, con costumbres aprendidas desde la Guerra, tuvieran preparado en el cortijo un zulo para esconder los alimentos. También era habitual que «las visitas de los rojos» se intensificaran cuando se había hecho la matanza, en tiempos fríos, en invierno, pues las heladas favorecían la soledad del campo y alejaban el temor a ser sorprendidos por las fuerzas del orden. 

(...)

Tras la visita de los de la Sierra, la «recomendación» de los huidos era que no contasen a la Guardia Civil «la visita». La mayoría de los cortijeros callaban; pero, a veces, los huidos dejaban algún rastro, o había algún chivatazo. 

Los cortijeros se hallaban entre dos fuegos, si denunciaban a los huidos podían ser objeto de represalias por estos; si no los denunciaban, la Guardia Civil, podía acusarlos de colaborar con los huidos. Cuestión aparte es que en esta época los interrogatorios que sufrían, tanto unos como otros, eran muy violentos. Los guardias no escatimaban medios para conseguir una declaración.

(...)».

Bueno, pues ya saben el «más allá del poniente» de algunos de los que estuvieron presos en el Convento de las Concepcionistas o en la «prisión de combatientes defensores de la legalidad democrática» y escaparon de la cárcel. 



Sevilla, 21 de octubre de 2023.



NOTA: He obviado poner las fuentes que si constan en el manuscrito original. 

Y no van imágenes, ni ganas tuve de acercarme para tirar unas «fotos» 

a «las chapas». No he querido, la verdad.