domingo, 4 de marzo de 2018

Testimonio fotográfico de la Hinojosa que fue (III). La Ermita de San Sebastián

© María Dolores Rubio de Medina, 2018

Cuando recuerdo la ermita de san Sebastián de Hinojosa del Duque, recupero imágenes de una nave tétrica, oscura y en ruinas. El elemento ilusorio eran las verbenas del barrio, con los piñones como reclamo; aunque en aquello de las fiestas no era san Sebastián el primero en el calendario, como nos recuerda el refranero: "En enero san Sebastián el primero, detente varón que está primero san Antón", por eso, las primeras bolsitas de los carísimos piñones caían por san Antón, el 17 de enero; las segundas el 20, con san Sebastián. La prosperidad y la inmigración trajeron la consecuencia que las fiestas se corrieran en los calendarios y cayeran los fines de semana, al abrigo del tiempo libre del calendario laboral, dejando atrás el calendario religioso. Hoy en día, priman otros calendarios, producto de la mezcla de lo turístico y lo político. 

Las fotografías de esta entrada son una rareza, como contadas han sido mis entradas en la ermita de san Sebastián, creo recordar que no entrado en su interior más de dos veces en mi vida, y entre una visita y otra han transcurrido cerca de cuarenta años. La primera vez, era tan pequeña que solo recuerdo lo que veía delante, los trajes oscuros de los hermanos que, con la manos a la espalda, seguían la misa; la segunda vez, en el año 2014, campeé a mis anchas tirando fotografías con el móvil. Pasé por la plaza buscando las cruces de mayo para fotografiarlas, a la hora de la siesta, y vi que la ermita estaba abierta. De ese instante tengo uno de los recuerdos más estrambóticos que conservo de mi pueblo: las vecinas del barrio estaban haciéndole -por su cuenta- una novena al santo y muchas de ellas estaban en el interior de la ermita con ropa de casa y los rulos puestos. Por lo visto querían estar guapas para la fiesta de aquella noche y esa novena era una cosa intima, de "estar por casa".

La ermita de san Sebastián está tan desprovista de historias en los textos escritos sobre nuestro pueblo, que el propio Padre Juan Ruiz, en su libro La ilustre y noble villa de Hinojosa del Duque (1923), se limita a situarla en el capítulo de las antiguas ermitas y a decir, de forma genérica, que  al igual que la san Benito, san Bartolomé, santo Domingo y santa Ana, se trata de construcciones:
"...de una sola nave, son los monumentos arquitectónicos más antiguos de la Villa; venerables no solo por su antigüedad, si que también por los hechos que recuerdan: todos pueden considerarse como centros de antiguos núcleo de población. 
De todos ellos tal vez S. Benito sea el más moderno, a pesar de citarlo ya, a principios del XIV, el Rey D. Alfonso XI, en sus Monterías (...).
S. Sebastián, en el barrio más importante de la Villa" (país. 256-257).  

Recuérdese que desde 1927 Hinojosa no es villa, sino ciudad, título que le fue concedido por Decreto Real el día 5 de agosto de 1927. La mayoría de los libros que he consultado no indican la fecha de la construcción probable de la ermita de san Sebastián -eso cuando no la ignoran-, sólo indican que es del tiempo de la ermita de santa Ana -muchos textos la mencionan como iglesia-. Como hay escritos que indican que esta última existía en el siglo XIII, lo probable es que la de san Sebastián sea del siglo XIV.

Hace 30 ó 40 años la ermita era un edificio cerrado, sin luz eléctrica, lo que dificultaba su visibilidad. Durante largos años estuvo en ruinas por lo que la mayoría de los hinojoseños la recuerdan cerrada y tienen vagas imágenes de la arquitectura y decoración interior que había en esos tiempos. Hoy traigo al blog imágenes de cómo era la ermita primitiva antes de que se reformara, cuando todavía no había sufrido daños en uno de los extremos de su nave -creo recordar, aunque no estoy segura, que sufrió daños en la entrada frente al altar-. La gente recuerda el retablo como hoy lo vemos: una predela sobre la que se asentaba una primera calle de tres cuerpos con tres hornacinas -en la central hoy está una bellísima imagen del santo-; una segunda calle, con un solo cuerpo, espacio rematado por guardapolvo y donde hoy hay un Crucificado, pero que en tiempos -pero muy antiguos- teníamos una pintura mural con una pincelada "muy medieval" que representaba un Calvario.

Poca gente ha visto esa pintura, mi padre, Pablo Manuel Rubio Ramos, un auténtico enamorado y defensor de la cultura de su pueblo que fue, en sus tiempos se recorrió todos los caminos, pueblos, puentes, encinas, pedruscos, etc. con las cámaras a cuestas, realizó algunas diapositivas del interior de la ermita en febrero de 1974. Las imágenes son muy defectuosas al no existir luz eléctrica en el interior de la ermita lo que hizo que las tomas fueran muy blancas y borrosas; para el colmo, el flash creó reflejos imprevistos en el mural de la segunda calle, la del retablo, estaba demasiado alto para realizar un enfoque adecuado. Esas fotografías, al ser diapositivas, he tenido que transformarlas en formato digital para poder publicarlas en esta entrada, utilizando un "filmscanner", por lo que si se amplían, se notan en exceso los pixeles. Entiéndase que son, pese a todo, imágenes excepcionales, pues es el único testimonio en color del Calvario que tenemos hoy en día, salvo que aparezca un competidor que me rete mostrando imágenes mejores, lo que agradecería de corazón, pues recuperar el testimonio cultural de nuestro pueblo es una labor colectiva que deberíamos de hacer mucha más gente, de forma totalmente desinteresada.

Al día de hoy, gracias a la labor de restauración realizada en la ermita, sobre todo a través de restauraciones realizadas en por el programa de Escuelas Taller, conocemos a ermita de esta fisonomía:

Exterior de la ermita de San Sebastián en la actualidad. 
La puerta que se observa es la de entrada habitual, siendo una entrada lateral a la nave.


En las fotografías siguientes se alterna el antes y el después de una de las ermitas más desconocidas de nuestra historia local.

2014. Interior de la ermita, puerta de acceso frente al altar.

1974, Diapositiva de Pablo Manuel Rubio Ramos.
Interior de la ermita sin iluminación eléctrica. 
Obsérvense los escasos blancos distribuidos por el espacio.

2014: El retablo es de dos cuerpos. Un primer cuerpo de tres calles en el que se abren tres hornacinas, la central con la imagen de San Sebastián. El segundo cuerpo, en la calle principal un Crucificado, donde anteriormente estaba situado un mural con la representación de un Calvario.

Febrero 1974. Diapositiva de Pablo Manuel Rubio Ramos.
Estado en que se encontraba el retablo: un primer piso de tres calles
con tres hornacinas vacías y un segundo piso, en la calle única,
un sorprendente Calvario (pintura mural).


El Calvario original desapareció con la restauración, mi padre me comentó que le habían dicho que la pintura no se había conservado porque estaba en muy malas condiciones y no tenía valor. No obstante, realizo la observación que pudiera ser que la pintura esté debajo de la cobertura sobre la que está el Cristo, pues un método para conservar en el tiempo las cosas es taparlas,  hasta que puedan ser recuperables. 

2014: Imagen de san Sebastián.
Las columnas que anteriormente eran grises, hoy son rosas,
a juego con la ropa del santo.
Febrero de 1974: Diapositiva de Pablo Manuel Rubio Ramos.
El deterioro por el tiempo es ostensible de forma muy acusada.
Podemos apreciar la composición y los tonos empleados, muestra
del rico patrimonio que tuvo Hinojosa del Duque en otros tiempos.

Sevilla,  4 de marzo de  2018.





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