© María Dolores Rubio de Medina, 2023
Emiliana Rubio Pérez por WhatsApp, en nuestro grupo “COLODRAS”, recordó la cercanía de la festividad de San Sebastián de Hinojosa del Duque con este escueto mensaje:
“Aviso q 21 y 22 es S Sebastián. Fue siempre la feria chica de invierno de Hinojosa”. En honor del santo y por si no llegáis a tiempo del autobús de Córdoba, pongo esta entrada reproduciendo la fiesta que se celebraba en los años 60 del siglo pasado, hace la friolera de más de 60 años.
El artículo que replico se publicó en un recuadro titulado “BALCÓN” en el periódico “CÓRDOBA”, el 24/01/1960. Anticipo que el periodista que lo escribió, Eugenio Solís, sabía bastante de la vida y milagros de San Sebastián, pero apenas tenía referencias de la “Feria chica de invierno de Hinojosa”.
Me pongo a la tarea y copio literalmente el texto:
CÓRDOBA
24/01/1960
BALCÓN
LAS FIESTAS DE SAN SEBASTIÁN EN HINOJOSA
“En otros artículos nos hemos referido a la devoción serreña por San Sebastián. Hoy vamos a limitas el fenómeno al caso de Hinojosa del Duque, cuya tradicional Hermandad de San Sebastián suele organizar una serie de fiestas religiosas y profanas de primera magnitud. El domingo 24 es el día elegido este año. La solemnidad empieza con una gran función religiosa en le Ermita del Santo, próxima al Convento de Carmelitas Calzados, reúne en esta plaza una muchedumbre que día y noche la anima y la alegra. A la solemne fiesta religiosa sucede una serie de casetas de tiro, barquillas o columpios, norias, etc..., el popular regocijo encuentra su natural culminación en concursos de tiro al pichón y otras competiciones. La devoción que se extiende desde Conquista y Torrecampo a Espiel y las estribaciones de la sierra de Córdoba repercute con gran fuerza en Hinojosa que vive en tal ocasión uno de sus días grandes.
No se limita la charanga del campo de atracciones la fiesta que en tal o en cual detalle revela supervivencias de otras épocas más sencillas. En varias localidades, como aquí en Hinojosa, es éste el día comer piñones, de jugar a la rueda o al corro y de otras mil inocentes distracciones, que nos asombra que aún perduren. Todo el mundo se transforma en devorador de piñones.
La devoción a San Sebastián está muy extendida en España. En Cataluña cuenta con más de 61 ermitas. En Italia donde están las Catacumbas que llevan su nombre es un santo popularísimo. La razón de su popularidad es como la de San Antonio Abad, su eficacia como abogado contra las pestes, epidemias y demás calamidades.
Desde el siglo X y aún antes, desde la época visigótica fue San Sebastián venerado con especial cariño en los pueblos y lugares de nuestra provincia. La vieja campana con inscripción mozárabe encontrada cerca de Espiel y conservada en el Museo Arqueológico Provincial es una prueba del culto rendido a San Sebastián desde los primeros tiempos del cristianismo. San Sebastián fue un mártir doble. Al segundo martirio no pudo resistir. Su cuerpo fue enterrado en las Catacumbas de su nombre, a extramuros de la Ciudad Eterna.
La muerte de San Sebastián fue impresionante, dejó perdurable huella en la fantasía, dando lugar a notabilísimas creaciones musicales y literarias. En la esfera de la creación artística el famoso ‘Martirio de San Sebastián’ de Guido Reni encuentra su perfecta replica en ‘Le Mártir de Saint Sebastien’, el magnifico poema dramático escrito en lengua francesa por Gabriel D’Annuzio. Una novela que muchos hemos leído en nuestra adolescencia, ‘Fabiola’ del cardenal Wissemann, nos familiarizó con la admirable figura del santo provenzal. Allí, en sus amenas y fervientes páginas, se nos presenta de mano maestra un vigoroso retrato del santo, cuya grandeza radica esencialmente en su actitud de militar profesional que no vacila en preferir la ley de Dios a las ordenanzas del César.
La devoción provincial a San Sebastián pareció concentrarse en otro tiempo en Córdoba capital. Son muchos los documentos probatorios. Dicha devoción cristalizó y encontró su exponente en la fundación de numerosas ermitas puestas bajo la advocación del santo y, sobre todo, en la creación del popular hospital cordobés conocido con el nombre de Hospital de San Sebastián de las Bubas o Mal francés.”
Eugenio SOLIS.
Recuadro del "Córdoba", 24/01/1960. |
En fin, concluida la lectura nos invade el desasosiego. Manda arrobas con el dichoso Solís, mucho titular a Hinojosa en la cabecera del recuadro, pero se ve que cobraba el sueldo sin que sus jefes le discutieran el contenido de las crónicas que escribía, pues del santo lo acabamos sabiendo todo, pero de la “feria chica de invierno” poca cosa, por no hablar que no menciona ni la “pañola”.
Las ritualidades vinculadas a esta fiesta, fueron representadas teatralmente en el Barrio de San Sebastián por la Agrupación de Senderismo de Hinojosa del Duque, “Entrehinojos”, en la pieza titulada “Aquellas fiestas de San Sebatián”, el 14/8/2018, con motivo de la celebración del 75 aniversario de la Hermandad. (Cuestión aparte, los libretos o los vídeos de las representaciones teatrales de “Entrehinojos” deberían depositarse en la Biblioteca Pública, inclusive proyectar las obras, de vez en cuando, en el museo Etnológico, por su incidencia en rescatar la antropología local).
La palabra “pañola” no se encuentra en el Diccionario de la RAE. Por lo que me cuentan, era un pañuelo que el novio ofrecía en la fiesta de San Sebastián a la novia lleno de piñones, turrón, peladillas y otros dulces, comprados en los puestos que ofrecían el género en el Barrio, muchos de ellos de fuera. Por la calidad y cantidad de género se sabía la riqueza que tenía el pretendiente, como me dijo Emiliana Rubio, “no era lo mismo la ‘pañola' de un novio con apellido ilustre que la de un novio destripaterrones”.
Tengan buena feria chica de invierno y ¡Viva San Sebastián!
Sevilla, 11/1/2023.
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