martes, 10 de diciembre de 2013

San José discriminado por AMLA. Historia de un desagravio

El pasado año la Asociación de Mujeres Laboralistas de Andalucía (AMLA) acordó felicitar la Navidad con una fotografía de María y Jesús, no sin contratiempos y aventuras.
Se realizaron dos sesiones fotográficas en dos escenarios distintos, el primer desafortunado intento se plasmó bajo la luz de Sevilla. «A mí me gustaría con una velita», dijo Teresa, mirando la postal navideña.
Camino de la fiesta de los vinos de tinaja que se celebraba en Montilla, hicimos un alto en Córdoba para repetir la sesión. Aunque arrastramos muebles para adecuar el escenario y revolvimos la casa de Teresa buscando la velita, que situamos cuidadosamente en una esquina para embellecer la fotografía, por inexplicable misterio del destino, la felicitación que se envió no llevaba lamparilla alguna.
Se supone que cumplida la tarea de remitir las felicitaciones —a los socios de honor, simpatizantes y allegados de AMLA— acabamos las fiestas navideñas en paz. Nada más lejos de la realidad: «¿Y a San José por qué lo hemos discriminado? ¿Por no ser laboralista o por ser hombre?», bromeó Cristina.
Un año exacto ha durado esa tortura. ¡Un año!
«¿Quién nos mandaba discriminar a José?», nos hemos preguntado a lo largo de los meses, una y otra vez. Aunque nuestra asociación es una organización de mujeres y tenemos socios de honor que son hombres, no incluir a San José en la postal navideña era —y es— una discriminación con todas las de la ley.
Nos hemos pasado un año intentado buscar un recurso para dar entrada en la fotografía de este año a José, sin desmerecer de los fines estatutarios de nuestra organización y sin encontrar alguna idea interesante.
Finalmente, surgió el milagro: en el mercadillo de los belenes de Sevilla, el 18 de noviembre de 2013, bromeando entre las miniaturas de las coles, las ovejas, las ristras de ajos, las interminables hileras de chorizos y jamones de plástico, elementos necesarios para ornamentar y mantener el rigor histórico de un portal, montado como el ingenio y la costumbre mandan, vimos una minúscula sierra de carpintero. ¡Por fin, dimos con la idea!
¡Llegó la tranquilidad para nuestra asociación que encontró la paz! 2'50 euros nos costó el desagravio, es decir, la sierra. ¡Una paz muy económica!
Antes que padre adoptivo de Jesús y esposo de María, José, fue obrero. Su perfil laboral concuerda con los fines de nuestra asociación. Mandamos a María a hacer un recado y dejamos a José enfrascado en su oficio y al cuidado del niño, pero... ¡No contábamos con que el hombre nos saliera tan reivindicativo!



Junta Directiva de AMLA

Salamanca, 9 de diciembre 2013

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